Entrevista realizada por Eduard Punset del programa REDES a James Fowler, experto en redes sociales de la Universidad de California. La Joya, Estados Unidos, 22 de enero de 2011
Eduard Punset: Estamos
en la Universidad de California, en San Diego, aunque en realidad está en el
distrito de La Joya y, bueno, hemos venido todo el camino desde Barcelona para
hablar de redes sociales con el profesor James Fowler, redes sociales que, como
verán, nos va a demostrar, si no lo sabíamos, que no estamos solos ni muchísimo
menos. James, creo que empecé a creer en las redes sociales cuando leí que más
del 70% de los homicidios que se cometen en Estados Unidos son obra de personas
que se conocían.
James Fowler: Sí,
bueno, en la televisión vemos justo lo contrario.Y me parece que, por eso, nos
llevamos una impresión equivocada. Lo cierto es que nos emocionamos mucho más
con aquellas personas con las que estamos conectados socialmente. Una de las
cosas que Nicholas Christakis y yo mencionamos en nuestro trabajo es que no
sólo se difunden cosas buenas en las redes sociales sino que también puede haber
cosas malas: puedes sentir emociones muy fuertes e influir a tus amigos hasta
el punto de que lleguen a matar a alguno de sus amigos. Y en las redes sociales
existe el efecto multiplicador.
Eduard Punset: Escucha,
una pregunta: la gente se reparte en grupos diferentes en función del trabajo
que dicho grupo debe realizar. Por ejemplo, si hay un incendio, el grupo, la
red, formará una única fila, quizás con un cubo de agua… Quiero decir, después
de todos estos años investigando, ¿cuál es tu impresión ahora?, ¿cómo nos
organizamos?
James Fowler: Es
realmente interesante porque, básicamente, estudiamos dos tipos distintos de
redes: estudiamos las redes que constituimos con un objetivo concreto, que
diseñamos con una intención concreta, pero también estudiamos las redes que
surgen de forma natural. Simplemente, surgen así, como consecuencia de nuestros
actos independientes. Y lo fascinante de las redes sociales en el mundo real es
que manifiestan las mismas propiedades que las redes sociales que hemos creado
con un objetivo concreto. Una de esas propiedades es la del "mundo
pequeño". En el ejemplo de la difusión de información, estamos ante una
situación donde puede haber un gran número de personas que se enteren de algo
muy rápidamente. Resulta que si yo tengo tres o cuatro amigos y ellos, a su
vez, tienen tres o cuatro amigos, la información se difunde a través de esas
redes que se construyen de forma natural, sin que nosotros hayamos diseñado la
red con esa intención. La propiedad del "mundo pequeño" existe de verdad.
Los seis niveles de separación
Eduard
Punset: ¿Y qué ocurre con esa famosa regla de que necesitas
seis conexiones para transmitir una palabra o un mensaje?
James
Fowler: Bueno, esa idea de los seis niveles de separación
está muy de moda ahora. Surgió en los años 60 con la investigación de Stanley
Milgram, que tenía mucha curiosidad por saber cuántos grados tendríamos que
superar para establecer una serie de conexiones fuertes entre el lugar donde
uno se encuentra y cualquier persona en el mundo, es decir, por cuántos amigos
de amigos de amigos tendríamos que pasar para que el mundo entero estuviera
conectado. Lo que hizo Milgram fue coger un fajo de cartas y enviarlas a una
pequeña ciudad del centro de los Estados Unidos y le dijo a un grupo de gente:
"Quiero que enviéis estas cartas a una persona que no conocéis, en Boston,
Massachusetts, pero no podéis simplemente enviársela por correo, tenéis que
entregársela a un amigo suyo, tenéis que enviársela por correo a un amigo, a
alguien que conocéis personalmente y decirme quién es esa persona." Al
final, recogió todas las cartas y fue apuntando el número de pasos necesarios
para llegar al destinatario desde un lugar muy remoto donde nadie lo conocía.
Sumó el total, calculó la media y el resultado fue seis. Es la media necesaria
para poder comunicarse con cualquiera en nuestro planeta, pero lo fascinante es
que Duncan Watts llevó a cabo otro estudio con el correo electrónico y obtuvo
la misma cifra pero, en lugar de hacerlo con distintos lugares en los Estados
Unidos, lo hizo con gente de todo el mundo. Y descubrió que, de verdad, sólo se
necesitan seis pasos para llegar a cualquier persona del mundo.
Eduard
Punset: Y cuando hablas de los tres grados, no seis, sino
tres, ¿a qué te refieres exactamente?
James
Fowler: Bueno, lo que Nicholas Christakis y yo mismo hemos
hecho es estudiar la influencia, no simplemente la difusión de información como
en los experimentos de Milgram y en los de Watts, sino que hemos estudiado la
difusión de la influencia. Y descubrimos, por ejemplo, en nuestro primer
estudio sobre la obesidad, que cuando tus amigos engordan, también hay más
probabilidades de que tú también engordes. Pudimos demostrar que eso era cierto
no sólo para tus amigos sino también para los amigos de tus amigos, e incluso
para los amigos de tus amigos de tus amigos.
Eduard Punset: Para los amigos de tus amigos de tus amigos.
Eduard Punset: Para los amigos de tus amigos de tus amigos.
James
Fowler: Hasta tres grados de separación. Repetimos el
experimento con otras cosas que podrían influir en nuestros amigos, por ejemplo,
el tabaco. Si dejas de fumar, tus amigos serán más propensos a dejar de fumar,
y también vale para los amigos de tus amigos y para los amigos de los amigos de
tus amigos. Lo probamos con muchas cosas distintas y vimos que el número tres
se repetía una y otra vez, que llegaba hasta una tercera persona pero que no
iba más allá.
Eduard
Punset: Estaba pensando ahora en dos palabras muy famosas
de tu libro Connected, ¿no? Hablas de "contagio" y de
"conexión". ¿Qué quieres decir? Porque dices que es muy importante,
que es básico en cualquier red, que exista esa conexión y ese contagio.
James Fowler: Las
redes realmente nos afectan de esas dos maneras que comentas. Por un lado, nos
afecta la estructura: a quién conocemos y a quién conocen los que conocemos, es
algo que nos afecta. Pero también nos vemos afectados por lo que se difunde en
las redes. Por eso, hemos separado esas dos ideas diferentes,
"conexión" y "contagio".
Cuando se trata de "conexión", podemos vernos afectados de dos formas distintas: tú escoges tu red, tú escoges con quien vas a pasar tu tiempo, puedes elegir compartirlo con amigos que son como tú o con amigos que son distintos de ti, por ejemplo; pero la estructura de la red también te afecta. Estamos influidos por la estructura de nuestra red. Si, supongamos, dos amigos tuyos no son amigos entre sí, te agobiarás, vas a tener la impresión de que deberías presentarlos para que se hagan amigos. Incluso se han hecho investigaciones que demuestran que causa un impacto psicológico: las chicas adolescentes cuyos amigos no son amigos entre sí son mucho más proclives a pensar en el suicidio, por lo tanto, realmente la estructura de nuestras redes tiene un impacto importante.
Cuando se trata de "conexión", podemos vernos afectados de dos formas distintas: tú escoges tu red, tú escoges con quien vas a pasar tu tiempo, puedes elegir compartirlo con amigos que son como tú o con amigos que son distintos de ti, por ejemplo; pero la estructura de la red también te afecta. Estamos influidos por la estructura de nuestra red. Si, supongamos, dos amigos tuyos no son amigos entre sí, te agobiarás, vas a tener la impresión de que deberías presentarlos para que se hagan amigos. Incluso se han hecho investigaciones que demuestran que causa un impacto psicológico: las chicas adolescentes cuyos amigos no son amigos entre sí son mucho más proclives a pensar en el suicidio, por lo tanto, realmente la estructura de nuestras redes tiene un impacto importante.
Eduard Punset: Lo
que sugieres es que la forma de la red influye en mi forma de comportarme. Y no sólo al
revés.
James Fowler: Tú
lo has dicho, pero eso sólo es una parte de la ecuación, la otra parte es que
tenemos que entender que existe un efecto de contagio: tendemos a copiar el
comportamiento de aquellos con los que estamos conectados y nos referimos a
ello de tres formas distintas: la primera es que nos afecta la gente con la que
estamos directamente conectados, es algo intuitivo, todo el mundo lo ve. En la
mayoría de las conversaciones, si alguien te sonríe, tú también le sonríes. Es
algo que experimentamos cada día.
Eduard Punset: Los
alumnos jóvenes aplicados, que tienen entre sus amigos alumnos aplicados, se
vuelven todavía más estudiosos.
James Fowler: Eso
es. Y hemos visto que son muchas las cosas que se pueden transmitir de una
persona a otra: por ejemplo, guiñar un ojo, fumar, beber, la alegría, la
soledad, la depresión, la cooperación con otras personas, la generosidad. Creo
que a este nivel la gente entiende que las redes son poderosas, pero lo que no
ven es lo que hay más allá de su horizonte social, es decir, aquellos que son
amigos de sus amigos, no ves lo que ocurre entre ellos porque no formas parte
de su interacción. No sólo son tus amigos los que te afectan sino los amigos de
tus amigos, e incluso los amigos de los amigos de tus amigos pueden condicionar
tus propios resultados.
Eduard Punset: ¿Qué
ocurre con el suicidio? Si alguien se suicida, ¿también es más probable que te
acabes suicidando?
James Fowler: Otros
investigadores han estudiado el suicidio y han probado de forma clara que puede
haber "epidemias de suicidio", casos de suicidio por imitación. De hecho, hay
investigaciones tan sólidas en ese campo que han acabado afectando la práctica.
Por ejemplo, existen reglas dictadas por instituciones sanitarias como el
Centro para el Control y Prevención de Enfermedades, en Estados Unidos, sobre
cómo tienes que informar de un suicidio a fin de minimizar las probabilidades
de que otras personas que quizás conocían a la víctima acaben suicidándose. Los
investigadores estudian esas epidemias de suicidios y una de las primeras
preguntas que se plantean es: ¿cuál era el vínculo entre esa persona que se
suicidó y esa otra persona que también se suicidó? Y, normalmente, descubren
que se conocían directamente o que tenían amigos comunes, que esas redes en las
que se producen las epidemias de suicidio son redes muy densas y con fuertes
conexiones.
Los fumadores y las redes sociales
Eduard Punset: ¿Y
qué pasa con el tabaco? Quiero decir, tú fumas y alguien más también fuma.
¿Cómo es posible que se haya producido este cambio casi fantástico donde los
fumadores por antonomasia antes eran las personas de una edad determinada y de
una posición social concreta y, sin embargo, hoy en día los fumadores son muy
distintos entre sí, tienen distintas edades y pertenecen a diferentes clases
sociales?
James Fowler: El
tabaco es un ejemplo realmente fascinante porque ocurre prácticamente lo
contrario de lo que decíamos en relación con la epidemia de obesidad. A
principios de los setenta, en los Estados Unidos, pasamos de una incidencia de
obesidad del 10% al actual 40% y estas cifras se invierten en el caso de la
epidemia de fumadores. Una de las razones del éxito en la reducción del número
de fumadores son las campañas de presión social de los años 80. De hecho, en
nuestras investigaciones, pudimos comprobar cómo cambiaron los fumadores en la
red y cómo fumar cambió la red. Pudimos comprobar que esas campañas no sólo
alentaron a la gente a dejar de fumar sino que las personas que no pudieron
dejar de fumar, de hecho, perdieron amistades. Empezaron a ser expulsados de
las redes sociales.
Si lo
piensas desde el punto de vista de la sanidad pública, se convierte en un tema
más espinoso que cuestiona la vigencia de este tipo de campañas de salud
pública porque, mientras ayudamos a las personas a dejar de fumar, menoscabamos
socialmente a las personas que no pueden abandonar el consumo de tabaco, de
modo que resulta mucho más difícil llegar hasta ellos, resulta más difícil
ejercer una influencia sobre ellos si están rodeados de otros fumadores.
Eduard Punset: Así
que, realmente, tendemos a infravalorar la importancia de conocer a otras personas,
¿no? Una estadística que vi no hace mucho y que me conmocionó es que sólo el
30% de la gente está casada con personas que nadie les presentó.
James Fowler: Bueno,
estamos otra vez ante las ideas recibidas del cine y de la ficción. La ficción
siempre gira en torno a acontecimientos extraordinarios y no en torno a lo
común pero, cuando hacemos encuestas, descubrimos que lo más común es que te
presenten a quien al final va a ser tu futuro marido o mujer, pues esa persona
ya forma parte de tu red social y ni siquiera lo sabías.
Eduard Punset: Desde
que investigamos las redes sociales, ¿hemos aprendido algo útil de cara a
evitar accidentes, incendios en un espacio cerrado, por ejemplo? De tus afirmaciones
se desprende que la gente tiende a comportarse de una manera preestablecida,
que correrán en esa o aquella dirección, así que deberíamos saber dónde colocar
las salidas de emergencia en caso de incendio, ¿o es que todavía no estamos en
ese punto?
James Fowler: Hay
investigadores que hacen simulacros y dichos simulacros dan lugar a algunos
resultados contrarios a lo que podríamos intuir. Basándose en el hecho de que
las personas que te rodean van a ejercer una poderosa influencia sobre ti,
tiene sentido colocar una columna, justo delante de una salida de emergencia…
En lugar de dejarla vacía. La razón es que si todo el mundo está intentando
salir, lo harán todos al mismo tiempo pero, si colocas la columna en medio,
reduces el número de personas a las que estás copiando y puedes crear un flujo
más ordenado. Por eso pienso que algunas de estas ideas sobre cómo estamos
conectados y cómo copiamos el comportamiento de otras personas, de forma casi
gregaria, está empezando a influir en aspectos como el diseño y esperamos que,
al final, tengan un impacto en la reducción de accidentes para que así todos
vivamos en un mundo mejor.
Eduard Punset: Un
fenómeno al que te refieres a menudo es lo que llamas la
"emergencia". Si lo he entendido bien, te refieres a que un colectivo
o grupo desarrolla determinadas características o virtudes, lo que sea, no
manifiestas en los individuos que constituyen ese colectivo, ese grupo.
James Fowler: Esta
idea de "emergencia" está muy extendida en todas las ciencias
naturales y el ejemplo que siempre utilizamos para describir las redes sociales
procede de la química. Los átomos de carbono pueden organizarse para formar
grafito o para formar un diamante. El grafito tiene muchas más propiedades
diferentes que el diamante. Hemos descubierto que sucede lo mismo con las redes
sociales. La manera de estructurar la red tiene un impacto en lo que ésta es
capaz de hacer. Hemos descubierto que hay ciertas redes que han sido
estructuradas para ayudarnos a conseguir los resultados deseados. Brian Uzzi ha
investigado los equipos de los musicales de Broadway, por ejemplo, y ha
descubierto que las redes que son demasiado densas, donde todo el mundo conoce
a todo el mundo, no son demasiado creativas ni rentables económicamente, y que
aquellos grupos donde nadie conoce a nadie tampoco funcionan. Son los grupos
donde la gente tiene conexiones con otras personas que ya conocían, pero
también conexiones con personas nuevas los que dan lugar a esos musicales que
todo el mundo conoce y que gustan a todos.
El nuevo mundo del saber
Eduard Punset: Es
fantástico, ¿no?, porque las implicaciones de todo esto en la vida diaria, en
la investigación incluso, en el saber, son tremendas, ¿no? Tenemos que pasar al
nuevo mundo del saber, donde el aprendizaje de idiomas, el contacto con otros
universos, con otras personas, es muy bueno para la creatividad, para la
innovación.
James Fowler: Totalmente.
Y creo que también proponemos una nueva forma de pensar el mundo. En el pasado
se enfrentaron aquellos que veían a las personas como individuos, es decir,
personas que no se dejaban influir por los demás, dueñas de sus propias
decisiones, esto es, el modelo Robinson Crusoe de las ciencias sociales, un
modelo que ha perdurado mucho tiempo, de ahí que los economistas cuando piensan
en los seres humanos, piensen en seres egoístas, que sólo actúan para sí
mismos; frente a los sociólogos, cuya visión es diferente, y que en el pasado
pensaron que el grupo también importa. Lo que intentamos hacer y decir es que
el individuo todavía importa y que el grupo no es mágico, pero que lo que
ocurre es que tenemos individuos conectados a otros individuos en esas redes y
sólo si entendemos cómo se conectan esos individuos, seremos capaces de
entender totalmente la relación entre el comportamiento individual y el
comportamiento grupal.
Eduard Punset: ¿Y
esto va a tener algún impacto en la relación entre marido y mujer y en su
relación con sus hijos, o sólo va a afectar el mundo educativo o empresarial, o
acaso estos conocimientos van a afectar las tres cosas?
James Fowler: Todo.
Ha cambiado totalmente el modo en que
pienso en mi propia vida. Por ejemplo, el hecho de saber que mi actitud no sólo
afecta a mi mujer o a mis hijos, o a los amigos de mi mujer sino que quizás
afecte a la gente que los rodea y a los que rodean a estos últimos, cambia
totalmente las reglas del juego. Ahora ya no sólo influyo a diez amigos
cercanos, pero potencialmente estoy influyendo a centenares incluso miles de
personas con mis acciones diarias. Pienso que ser conscientes de que vivimos en
esas redes va a tener un efecto muy profundo en el comportamiento humano
individual, en todos los ámbitos.
Eduard Punset: Bueno,
después de esta conversación con James Fowler, yo me pregunto si esta gente
sabe realmente de dónde viene y adónde va, y que forma parte de una red social
que está influenciando sus vidas. ¿Qué hace esta gente? O sea, fíjense, o sea,
no dan la impresión de saber que forman parte de un grupo más grande, ¿o sí?
¿Lo saben?
James Fowler: Lo
están aprendiendo. Y creo que son las redes online como facebook las que nos
sitúan en el centro del debate. La razón por la que a la gente le interesan
tanto estas cosas es porque por primera vez lo ven. En facebook, no sólo estás
conectado con tus amigos más cercanos sino con los amigos de tus amigos y la
gente está empezando a darse cuenta de que lo que hace da sus frutos en toda la
red social humana.
Tomado de: REDES poder-redes-sociales
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